Puli

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Con una larga historia con más de mil años, esta enérgica y expresiva raza de perros pastores ha estado desde siempre asociada a la contribución que ha prestado al pastoreo de ovejas en las márgenes de las planicies húngaras.

Llevado por los Magiares hacia Hungría, la ascendencia del Puli (o Boyadero) es en realidad desconocida, apostándose como referencia el viejo Terrier Tibetano debido a su similitud física. Cerca de los siglos XVII y XVIII la Hungría ha sido repoblada por inmigrantes del oeste europeo que llevaran consigo sus perros alemanes y franceses. El cruce entre estos y el Puli húngaro ha originado el aparecimiento de nuevas especies: el Pumi y el Mudi – que rápido se vulgarizaran, llegando incluso a arriesgar la existencia de su propio antecesor.

Esfuerzos hechos en el siglo XX han permitido la recuperación y el controlo del Puli húngaro, que ha surgido en público en 1923 en la Exposición de Perros de Budapest. Esto le proporcionó el reconocimiento por la FCI (Fédération Cynologique Internacional) al año siguiente. En 1959 se establecen los parámetros de esta clase de perros por el Clube del Puli Húngaro, provocando un claro crecimiento de esta raza.

El Puli posee un formidable pelaje denso, que puede ser de colores tan diversos como el negro, blanco, negro herrumbroso o diferentes tonalidades de melocotón y gris. En general, la camada externa de pelo es rizada y poco suave, siendo la camada interna más suave y con tendencia a formar “cuerdas”.
La manutención de su pelo exige que cada cuerda sea limpia y cepillada separadamente.

En su cabeza de tamaño medio, los ojos toman la forma de pequeñas almendras, en marrón oscuro o en tonos de gris, y el chaflán nasal es definido pero no saliente.

El Puli se distingue por su fuerte personalidad, que resulta de su inteligencia aliada a su vivacidad cuando interacciona con sus dueños.

Es un animal sensible y es imposible que no lo notes debido a su energía constante y necesidad de comunicación. Le gustan los juegos y cachondeos inherentes a la relación con su amo, siendo en ellos un participante atento y sensible.

No es agresivo hacia desconocidos, pero podrá ladrar si se siente amenazado. No se debe dejarlo solo con niños muy pequeños, excepto si han sido acostumbrados desde jóvenes a su compañía.

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