La historia del perro de la nueva película de Darin

Ricardo Darín interpreta uno de los roles más conmovedores de su carrera. El film Truman, del director español Cesc Gay que protagoniza junto a Dolores Fonzi y Javier Cámara, toca una de las fibras más sensibles no sólo de él (que a los 30 años sufrió la pérdida de su padre por cáncer) sino también de cada persona que la vaya a ver: cómo uno se enfrenta a la muerte, y cómo uno enfrenta, también, la vida.

En conferencia de prensa, el actor habló de su personaje, de cuánto les costaba encarar escenas sin quebrarse cuando el guión no lo requería («llorábamos como cocineros», contó). Pero hubo una historia dentro de esta historia que lo quebró hasta las lágrimas. Se trata de Troilo, el otro protagonista del film, el perro que vemos junto a él en las gráficas, el gran amigo de Darín, como él mismo lo definió.

«Lamentablemente Troilo falleció hace un par de meses. Eso querían escuchar«, dijo con humor. Pero al segundo retomó serio. «No. Es verdad, falleció. Pero a él le hubiese gustado que yo haga esta broma. Murió, lamentablemente. Estuve una semana llorando cuando me enteré… porque nos hicimos muy amigos durante el rodaje. Fue genial», comentó con voz cálida y serena, y las frases no lo permitieron seguir.

Luego del silencio y un breve murmullo de la sala de prensa ante la noticia, el actor explicó qué le había pasado al perro: «Tuvo una infección de esas horribles que pueden pasar y no lo pudieron rescatar a pesar de los esfuerzos de su dueño, que lo amaba».

truman

«Este perro, Troilo (así se llama aunque no lo puedan creer) trabajaba con chicos autistas. Y ése es el motivo por el cual la relación con él era tan fácil, porque un perro de semejante tamaño, con ese peso, enorme, realmente, a los pocos minutos de encontrarte con él te dabas cuenta de que le podías hacer cualquier cosa», contó sobre la relación que crearon.

«Era realmente muy dócil muy», continuó, pero la emoción lo dejó mudo una vez más. «Era muy buen perro«, se apenó, y al escuchar su tristeza sonaron aplausos de toda la sala.

Es que a pesar del dolor que produce toda despedida (y en particular la que emprende su personaje), la historia propone un mensaje aliviador: el del afecto, el abrazo y el conmovedor acompañamientode la vida (y de los seres vivos) aún en la muerte.

«Yo admiro la valentía. Todos pasaremos por esa situación y algunos tendrán la oportunidad de ver pasar toda su vida antes del final, y otros no, tristemente. Yo creo que ese final depende de cómo hayas vivido, con quién sos, y con el amor que puedas tener alrededor tuyo», comentó Darín. Y hasta bromeó: «¡Voy a llorar desde ahora hasta que me vaya!».

FUENTE: minutouno.com