Desesperada búsqueda del perro discapacitado robado con un auto

El pasado 11 de noviembre, Oro, un perro mestizo de contextura mediana, color marrón y discapacitado, desapareció luego de que dos delincuentes robaran en Caballito el auto en el que su cuidador lo trasladaba para una nueva sesión de fisioterapia. Horas más tarde el vehículo apareció en Avellaneda, cerca de la cancha de Racing, pero sin el animal.En julio de este año, una moto le pasó por encima a Oro en 9 de Julio, una calle del barrio de Hurlingham. Su mal estado y la trágica historia de su parálisis pusieron en alerta a los proteccionistas de la zona que de inmediato iniciaron una campaña por las redes sociales para pedir ayuda para el perrito que aún no tenía nombre.

El pasado 11 de noviembre, Oro, un perro mestizo de contextura mediana, color marrón y discapacitado, desapareció luego de que dos delincuentes robaran en Caballito el auto en el que su cuidador lo trasladaba para una nueva sesión de fisioterapia. Horas más tarde el vehículo apareció en Avellaneda, cerca de la cancha de Racing, pero sin el animal.

En julio de este año, una moto le pasó por encima a Oro en 9 de Julio, una calle del barrio de Hurlingham. Su mal estado y la trágica historia de su parálisis pusieron en alerta a los proteccionistas de la zona que de inmediato iniciaron una campaña por las redes sociales para pedir ayuda para el perrito que aún no tenía nombre.
Para aportar datos sobre Oro: 156-592-5969 y al teléfono fijo 5235-3402. Importante recompensa.
Fue tal el impacto y viralización de esa publicación, que su imagen llegó a una médica argentina que vive de manera permanente en los Estados Unidos. Mirta Salguero –quien tiene en Nevada una fundación para ayudar a perros en Argentina– se comunicó con quienes entonces lo cuidaban y avisó que ella se haría cargo de la rehabilitación de Oro porque entre enero y febrero de 2016 vendría a buscarlo para llevarlo a vivir con ella al Norte.
Pero no pudo ser, porque el miércoles 11 de noviembre, cerca de las 15:00, dos hombres –uno de ellos armado– interceptaron el Taunus modelo ´82 en el que llevaban a Oro a una sesión de fisioterapia con la que se procuraba darle un poco de movilidad a los músculos de sus patas traseras.
«A mí me sacaron un pedazo porque la vida del animal para mí es sagrada, y por supuesto estoy dispuesta a dar una recompensa por él», dijo Mirta Salguero, la mujer que adoptó a Oro desde los Estados Unidos, y contó cómo llegó a él: «Lo rescataron en Hurlingham después de que una moto lo pasó por encima y lo dejaron arrumbado entre la mierda (sic) porque el animal hace caca por rebalse. Cuando llego a Buenos Aires, me contacto con la doctora Monteverde y me dijo que el perro tenía el pito verde por una infección terrible y la columna quebrada. Si se lo hubiese podido operar antes, quizás estaría mejor».
La médica tiene una ONG en Nevada que ayuda a los perros en mal estado de los Estados Unidos y colabora permanentemente con distintos perros de Argentina, donde el grado de vulnerabilidad, abandono y no respeto de las leyes es alarmante.
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Como Oro no tiene familia en Argentina, Victoria, una proteccionista de perros, se solidarizó al enterarse del robo y del padecimiento del animal: «Hay un perro discapacitado en extremo grado de vulnerabilidad que necesita que le toquen la vejiga para hacer pis y que nadie sabe dónde está, es muy difícil que sobreviva solo. Quiero creer que alguien de buena fe, que no maneja las redes lo vio, se apenó y lo tiene en su casa. Ojalá sea eso y que alguien le cuente que lo estamos buscando».
La joven contó que le llegaron cientos de fotos de perros discapacitados que «viven en la calle», pero que ninguno era el que estaba buscando. Esas imágenes también la obligaron a poner el foco en esta problemática que pasa, para muchos, desapercibida: la gran cantidad de perros discapacitados abandonados a su poca suerte. Para más información y para aportar datos se abrió la fanpage Buscamos a Oro.