Las autoridades de Dallas decidían no matar al perro de la enfermera que era diagnosticada de ébola el pasado fin de semana. Su perro se llama Bentley y es de raza Cavalier King Charles Spaniel.
Excálibur, el perro de la enfermera española afectada por ébola, era sacrificado la semana pasada por el miedo a que tuviera el virus y se lo contagiara a otras personas. Bentley ha tenido más suerte que Excálibur.
Hay un pequeño problema, sin embargo: No disponen de un test para de prueba para comprobar si los perros están afectados de ébola.
La posible muerte de Excálibur hizo que se movilizaran miles de personas y se pusiera en marcha una petición para pedir a los políticos de España que no acabaran con la vida del animal.
Hay alguna evidencia pero muy limitada, pero parece ser que hay algún riesgo de que los perros podrían infectarse de ébola y transmitirlo a los seres humanos. “La infección a los humanos podría ocurrir por ejemplo si el perro lame o muerde”, según explican en un informe del año 2005 desde el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades.
¿Entonces por qué se salvó el perro?. Al contrario que en España, donde el Ministerio de Sanidad dio la orden de sacrificar a Excálibur, en los EE.UU. el alcalde de Dallas informó de que el perro no sería sacrificado y lo trasladarían a otra ubicación a la espera de que su propietario se recuperase.
“El perro es muy importante para el paciente y queremos que esté seguro”, comentó Mike Rawlings, alcalde de Dallas.
El perro Bentley está en cuarentena ya que los científicos saben que el virus puede desarrollarse en un ser humano sin mostrar ningún síntoma durante 21 días. Pero no tienen ni idea de cuanto tiempo podría incubar dentro del perro. Por ello está siendo supervisado y controlado en todo momento.
Desde luego en todo momento la actuación de las autoridades de Dallas con el perro Bentley ha sido todo un ejemplo.
FUENTE: SCHNAUZI.COM